Las historias que hay detrás de Competencias Digitales

Sí, de eso vamos a hablar, de las historias que hay detrás de nuestros alumnos, las vidas cargadas de mochilas que, para más inri, se enfrentan a un mundo cambiante donde ell@s no tienen cabida. En este artículo vamos a dar unas pinceladas para que conozcáis a algunos alumn@s de nuestros cursos de #competenciasdigitalesclm que Llanero Solidario está impartiendo en varios puntos de la provincia.

Según la definición oficial de vulnerabilidad son personas que tienen un entorno personal, familiar o relacional y socioeconómico debilitado y, como consecuencia de ello, tiene una situación de riesgo que podría desencadenar un proceso de exclusión social. Todos los nombres están cambiados.

Juan y el día de Reyes

Juan, tiene 39 años pero aparenta 50, no tiene ordenador, de hecho tampoco casa. Vive en una habitación que tiene alquilada a un chico esquizofrénico y con ataques de ira, ¨hay días que los tiene malos y es un infierno¨ nos cuenta.

Juan está atento a cada una de las explicaciones de la clase: ¨perdona, vuélvemelo a explicar, despacio, que me pierdo¨ me pide con dulzura y una sonrisa como pidiendo perdón por no seguir el ritmo. Se lo apunta todo y lo guarda con mucho cuidado cada día. De hecho, siempre sigue la misma rutina al terminar la clase, dobla el folio escrito con sus notas de ese día por la mitad y lo introduce en el bolsillo de su abrigo.

Juan ha aprendido a manejar el ¨Canva¨ y ha hecho una felicitación de Navidad, donde ha colocado una foto suya con Tim, su perro, el más importante en su vida. La quiere enviar a sus amigos, está entusiasmado y consigue, tras varios intentos, adjuntarlo en un fichero en su correo electrónico. ¡Qué contento está!. Toda la clase le aplaude y nos hace partícipes de su exaltación. Estos raticos son los que hacen que vuelvas a casa pletórica porque Juan ha enviado un correo a sus amigos.

A Juan no le gusta la Navidad, nos cuenta que él dejó de creer en los Reyes Magos con cinco años, así lo decidió su padre (insiste en que él lo hacía por ellos, con la fé ciega de que era lo mejor…). El padre de Juan, dos días antes de la noche de Reyes, les informó que sus majestades no existían y que les comunicaba que lo iban a comprobar todos esa noche. Ya que él no iba a comprar regalos. Así fue, esa noche no hubieron regalos de Reyes y a Juan ya nunca le gustó la Navidad.

Vicky y su CV

Vicky, vive en una casa de acogida desde que tuvo que desaparecer hace un año porque su pareja decidió que una paliza a tiempo le haría reflexionar, apenas tiene 20 años y una cara angelical. Vicky es tartamuda, al principio no hablaba mucho, pero al cuarto día de clase ya era una más. Eso sí sus compañer@s y yo incluida, esperábamos pacientes a que terminara su discurso entrecortado.

Vicky tiene un bebé precioso, que vino al curso varias veces, porque se ponía malo y no tenía con quien dejarlo. Vicky nunca ha tenido ordenador, maneja el móvil a las mil maravillas, pero el portatil es nuevo para ella. Aprende muy rápido, con el openOfficce ha aprendido a actualizar su curriculum. Dice que se lo hicieron en Cáritas hace un año, pero que no sabía como poder poner más cosas: – Quiero poner este curso, que voy a tener un diploma, no?, me dice con una sonrisa de satisfacción.

Laura y su regalo

Laura limpia en varias casas, ¨aún me queda un día libre si sabes de alguien…¨. Ha cambiado su horario esta semana a la tarde para poder venir al curso.

Laura es muy fuerte y dispuesta, vive con sus dos hijos a los que mantiene, y su nieto, que ¨me da la vida¨. Su marido murió hace unos años era demasiado joven, un día con lágrimas en los ojos se abrió en canal y nos relató que ¨lo sigo echando mucho de menos, estoy muy sola. Mis hijos hacen su vida¨. El primer día que Laura consiguió instalarse la clave pin y consultar sus papeles en la carpeta ciudadana, me pidió que le dejara llamar a su hijo para contárselo.

El cuarto día de clase, en una conversación en el descanso del curso tomando un café con leche hablamos de lo mal que limpiaba yo los cristales, al día siguiente me había comprado un trapo especial para mis ventanas.

Rosa y su jubilación

Rosa, tiene 64 años y una enfermedad degenerativa de los huesos, que sobre todo le afecta a tres vértebras de la columna ¨es lo malo, que hay días que no me puedo levantar de la cama¨. Al curso no ha faltado ni un solo día.

¨Voy un poco lenta por el tembleque de mi mano, pero mira lo he hecho muy bien¨, se excusa porque ha terminado más tarde que sus compañeros. Rosa ha creado una carpeta en su escritorio y ha guardado muchas fotos suyas que tenía en su móvil. Rosa tiene depresión, además, y lleva sin trabajar 5 años porque su enfermedad no le deja. ¨Dicen que tengo que apuntarme al plan de empleo, pero si tengo 64 años…¨nos cuenta indignada. Rosa ha creado un grupo de Whatsapp con los compañeros del curso. El día que hicimos una video conferencia entre los alumnos, fueron tantas las risas que compartimos ese día que nos confiesa que no quiere que termine el curso y que deberíamos quedar aunque sea de forma virtual.

Trocitos de vida que nos crean poso, que se quedan en la memoria detrás de los conocimientos. Historias que nos hacen valorar nuestro trabajo.